Mujeres que transforman su vida y la comunidad

Karina, mujer ejemplo de ColombiaPor medio de la educación, del conocimiento y del respeto, siete mujeres de América Latina que representan a otras tantas en la región se apoyan en iniciativas sociales y educacionales de Intel para rescatar su autoconfianza y transformar por completo su vida y también la de muchas personas a su alrededor

Lima, Perú, 8 de Marzo de 2012.– Valores como el respeto por sí misma y por las personas que las rodean, la tolerancia y la alta sensibilidad hacia la familia, al trabajo y a la comunidad son ejemplos de algunos de los desafíos diarios de muchas mujeres de América Latina que se encuentran hoy en situaciones precarias, sin perspectivas positivas para el futuro y su evolución personal y profesional. No obstante, enfrentar estos desafíos es una misión a la que muchas mujeres se han dedicado en los últimos años.

El día ocho de marzo se celebra la lucha de las mujeres por mejores condiciones de vida, trabajo y derechos sociales, políticos y económicos en igualdad de condiciones que la de los hombres. Acompañe a seguir la historia de siete mujeres que transformaron y mejoraron su vida, y de las personas que las cercan, a través de la educación, del manejo de la tecnología y del aumento de la autoconfianza propia junto a iniciativas y programas promovidos por Intel en toda la región latinoamericana.

La evolución por la educación

Sin duda, la educación es una de las herramientas que más poder tiene para revolucionar la vida de una persona. Lo grandioso es que esta revuelta se da en pequeños pasos, suficientes para que una persona pueda ir adquiriendo conocimiento y poco a poco remodelar su día a día para alcanzar sus sueños. En Colombia, dos mujeres de ciudades distintas experimentaron este ‘poder’, pero desde diferentes vías: una enseñando y otra aprendiendo. Sin embargo, las dos tenían un mismo objetivo: adquirir respeto y conocimiento por medio de la educación.

María Elcina Valencia Córdoba, de 49 años, es líder comunitaria de una de las minorías raciales de Colombia. Ha trabajado preservando la cultura y la tradición de su pueblo mediante programas de investigación cultural, danza, música y literatura. Entre sus diversas actuaciones en las comunidades colombianas, María Elcina es directora del Núcleo de Desarrollo Educativo y de la Secretaría de Educación Distrital de Buenaventura, departamento del Valle del Cauca, donde se desempeña como coordinadora de los procesos étnicos educativos del distrito; cuyo propósito es crear una política educativa que oriente la formulación de proyectos étnicos comunitarios para que la educación responda a los requerimientos regionales logrando calidad, y que estén de acuerdo con las características del contexto articulando cultura propia y globalización.

Para lograr este desafío en Buenaventura, la líder participa de diversos cursos y licenciaturas para que pueda desarrollar y poner en práctica sus proyectos. Por medio del curso Master Teacher de Intel Educar, María ha podido aprender cuáles herramientas tecnológicas podrán ser útiles en su trabajo y dé que forma debe orientar su enseñanza para que las comunidades de Buenaventura articulen su cultura local pero teniendo también el acceso a las informaciones globales.

Karina, mujer recicladora de ColombiaIntel Educar es un programa mundial que ayuda a los docentes y a los estudiantes a integrar la tecnología en sus clases para desarrollar las destrezas de pensamiento superior y aumentar el aprendizaje. Para esto, los docentes reciben capacitaciones y recursos que promueven el uso efectivo de la tecnología en el aula. En 2011, el Programa Intel Educar sobrepasó el hito de un millón de maestros formados en América Latina –uno de ellos fue la maestra Maria Elcina. “Con el conocimiento que adquirí por medio de Intel Educar y también de otros cursos, promuevo la comunicación en redes virtuales y hago la administración de contenidos educativos y socioculturales para un blog que abarca todas las acciones y asociaciones de las cuáles formo parte. Es una manera poderosa de informar y diseminar nuestra cultura, utilizando la tecnología en modelos educacionales en comunidades étnicas”, apunta María Elcina.

En la ciudad colombiana de Cali, otra mujer ha cambiado su día a día a través del conocimiento tecnológico. Karina Molina, de 33 años, trabajó durante 10 años como recicladora. La basura era su vida, pues como era una mujer analfabeta, se dedicaba básicamente al trabajo, a cuidar de su familia y a rumbear con los amigos de la basura. Por suerte, el día en que se cerró el basurero, la vida de Karina cambió del cielo a la tierra.

Además de dedicar más tiempo a su familia, Karina conoció el programa Intel Aprender y empezó un proceso de alfabetización, conociendo cómo la tecnología puede convertirse en una herramienta que empodera para mejorar la calidad de vida. “Un día, durante una actividad de sensibilización con recicladores, solicité un cupo para el curso de liderazgo en representación de la organización Ecofuturo. Los asesores y la coordinadora del proyecto vieron mi interés en aprender y me propusieron iniciar una formación en sistemas con la metodología de Intel Aprender”, cuenta Karina.

El programa Intel Aprender enseña a jóvenes valiosas destrezas técnicas a través de un aprendizaje práctico, desarrollado en un centro tecnológico comunitario. Los estudiantes aprenden a usar la tecnología actual para completar proyectos prácticos y relevantes que requieren trabajo en equipo y pensamiento de orden superior.

Para Karina, el Intel Aprender contribuyó muchísimo para la transformación de su vida laboral y familiar. Ha perdido por completo el miedo a los computadores y aprendió a utilizar aplicaciones y programas, especialmente el Excel. Ahora, Karina apoya a la organización en que trabaja, y como dato significativo, fue ella quien organizó, digitó y sistematizó todos los registros de la empresa, permitiendo la elaboración de los estados financieros del año 2011. “La tecnología me transformó la vida, ahora estoy segura de poder desarrollar cuadros, cartas y muchas informaciones para la empresa en que trabajo”, relata Karina.

Sostenibilidad – un camino para nuevas oportunidades

La educación y la tecnología también forman parte de la vida de la estudiante brasileña Emily Ferreira Soares, que vive en Maranhão.

Emily tiene solo 16 años y aún cursa la escuela, pero ya crea proyectos sostenibles con el objetivo de contribuir con la conservación de las forestas nativas del árbol Buriti y desarrollar la productividad de la comunidad con el uso de su fruto. Con este proyecto, la joven ya hizo que varias personas de comunidades de Maranhão tuvieran una vida mejor y con más oportunidades de desarrollo y crecimiento.

La estudiante cuenta que siempre se interesó por investigación científica, “empecé a participar de ferias de tecnología porque creo que cada persona debe hacer su parte para transformar el mundo en un sitio mejor y las ferias siempre me dieron esta oportunidad”. Emily ya había participado de otras ferias, pero en 2011 la estudiante participó de la feria brasileña MOSTRATEC y así se clasificó en el ISEF (International Science and Engineering Fair) – un evento patrocinado por Intel, organizado por la Society for Science & the Public (SSP), sin fines de lucro y con el objetivo de poner de relieve a jóvenes innovadores y desafiar a otros jóvenes a participar en matemáticas y ciencias.

En el caso de Emily, además de participar, ella fue la ganadora del MOSTRATEC y pudo exponer sus ideas y presentar su proyecto social a todo el país y también internacionalmente en el ISEF. “Creo que mi proyecto puede ser aplicado no solo en mi comunidad, sino también en otras regiones del mundo donde existan las mismas características necesitadas y que dependan de recursos naturales y creatividad para un trabajo de producción sostenible”, apunta Emily.

Participar y ganar la feria también fue un logro personal para Emily, pues la estudiante está segura que quiere formarse como ingeniera forestal y trabajar con otras comunidades, ayudando a muchas personas más. Además de este proyecto, Emily tiene otras investigaciones en curso en el área ambiental y tecnológico, como la utilización de materiales alternativos para el enseño de la Química. “Si cada uno hace su parte ya será muy bueno, pero también está la tarea de enseñar al prójimo, y eso es lo que quiero hacer yo para ayudar a mejorar el mundo”, afirma la estudiante.

De estudiante a Ingeniera

El ISEF también fue un marco importante en la vida de la mexicana Catalina Sánchez Navarro, de 24 años. Cuando tenía 18 años, la joven participó de la feria de ciencias e ingeniería en la edición de 2005, que se llevó a cabo en Phoenix, Arizona (EE.UU.). Por su calificada participación en la feria, fue contemplada por Intel con una beca en el Tecnológico de Monterrey –una de las más importantes universidades privadas de México.

Catalina cuenta que empezó a participar de ferias de tecnología porque le gusta hacer cosas nuevas y diferentes, “cada día salen en el mercado productos innovadores; y poder contribuir en este desarrollo me parece muy interesante y desafiador”, señala Catalina.

Durante su último año en la universidad, otra sorpresa: Catalina ha sido invitada a trabajar como becaria en el Centro de Desarrollo de Intel en Guadalajara. Actualmente, ella labora en el centro como Ingeniera de validación de HW donde también hay otra chica, ex concursante de Intel ISEF, que trabaja como becaria. Hoy en día, Intel sigue a la expectativa de más jóvenes emprendedores que puedan convertirse en sus empleados

Antes de participar del ISEF, de entrar en la universidad y de trabajar en el centro de Guadalajara, ella nunca había pensado que podría formar parte de una empresa multinacional y líder en su campo de actuación como Intel. Según Catalina, el ISEF y la oportunidad de trabajar en Intel cambiaron su vida totalmente. “Creo que como yo, otras mujeres pueden y deben ingresar en el área de Ingeniería pues hay espacio para todos”, cuenta la joven. “Pienso que nunca debemos tener miedo ni dejarnos llevar por dogmas que ya están establecidos. Debemos ser diferentes y dar lo mejor de nosotras en cualquier área que nos desarrollemos”, señala Catalina.

Tecnología que genera autoconfianza

La costarricense Josselyne Alejandra Vazquez Castro tuvo el rumbo de su vida re direccionado gracias a un programa de aprendizaje que empezó a formar parte desde el año 2007. Josselyne había abandonado el colegio y estaba sin saber qué hacer cuando conoció el programa Intel Computer Clubhouse. “Lo primero que encontré fue un lugar lleno de creatividad y tecnología, que poco a poco se fue convirtiendo en mi casa y en mi lugar favorito para pasar el tiempo libre. Conocí el maravilloso mundo de la tecnología y me enamoré”, relata la estudiante.

El Intel Computer Clubhouse trabaja en todo el mundo para ayudar a la gente joven a adquirir las habilidades necesarias para el éxito personal y profesional. El Clubhouse ofrece un programa de aprendizaje para después de la escuela, que permite a los jóvenes de comunidades marginadas a explorar ideas, desarrollar habilidades y construir autoconfianza por medio del uso de la tecnología.

Cuando Josselyne empezó en el proyecto, lo primero que aprendió fue a usar el programa Flash, para hacer animaciones. También logró hacer su primera participación en la feria Expotec, donde realizó una revista que describía lo que era el Clubhouse. “Desde entonces no me despego del Club e ingresé al Centro de Formación Profesional de CEDES Don Bosco. Hoy estoy cursando la especialidad de diseño gráfico”, señala Josselyne.

Josselyne está a pocos pasos de concluir el curso y ya se considera una ganadora. “El Clubhouse fue una bendición maravillosa en mi vida y espero que muchas otras jóvenes conozcan el Clubhouse, para que al igual que yo, se den cuenta de que pueden alcanzar sus sueños y tener un futuro mejor a través del conocimiento”, comenta.

Grupo de Mujeres reconocidas por Intel EducarRespeto y amor propios

La educación popular puede traer inúmeros beneficios en la vida de una persona, como aumentar el amor proprio, la autoconfianza y hacer que mujeres tengan mejores oportunidades y crean más en sí mismas. En Chile, dos mujeres migrantes han revolucionado su historia con la llegada de la tecnología en su día a día.

Juana Orijuela Romero y Verónica Jiménez son peruanas y sus actuales ocupaciones son de asesoras del hogar. Juana tiene 49 años y Verónica 36 años, y salieron de Perú para Chile por razones muy parecidas. Juana ingresó a Chile en 2007 porque tenía problemas económicos y dificultades con su familia. Ya Verónica, que ingresó un año después, vino buscar mejores oportunidades de trabajo.

Sus vidas se cruzaron solamente cuando frecuentaron juntas un taller del programa Intel Aprender. Juana y Verónica han sido invitadas a participar del programa en el Centro de Estudio de la Mujer (CEM) y contaron con el apoyo de la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación (UNIACC), que dispuso de sus laboratorios de computación para la realización del entrenamiento del programa en la sede ubicada en Salvador, en Santiago, Chile.

Para Verónica, el programa le ayudó a comprender mejor cómo utilizar las herramientas en su rutina diaria. “Tenía la necesidad de informarme y estar actualizada. Además, Intel me ha enseñado a diferenciar lo que tengo que aprender y cómo hacerlo. También aprendí que hay cosas malas en la internet, cómo los virus, y me enseñaron como usarla con seguridad”, señala Verónica.

El taller tiene como objetivo hacer que estas mujeres aprendan a utilizar la tecnología en tareas del día a día y así, facilitar su trabajo y tener mejores oportunidades en su vida. Apoyados por los facilitadores, las participantes del programa pueden crear mapas comunitarios, calendarios, presupuestos y encuestas a la comunidad; pueden compartir sus hallazgos con sus compañeras y amigas a través de una presentación en multimedia; o bien, diseñar anuncios publicitarios o páginas web que promuevan las características de su comunidad. Además, aprendieron a usar el computador para comunicarse con sus familias en sus países de origen a través del correo electrónico, del chat, de la videocámara o aplicaciones como el Skype.

De acuerdo con Juana, “el programa hizo que buscara otras alternativas, y esto me ha servido para crecer como persona y profesionalmente”. Más que el conocimiento que obtuvo, Juana cuenta que lo más importante de la contribución de Intel Aprender fue el aumento de su autoconfianza. “La ayuda de instituciones como Intel, los facilitadores y los profesores del programa fueron muy importantes para mi evolución. Muchas veces me sentía disminuida y esta oportunidad ha rescatado el respeto hacia mí misma. Además hizo que mí amor proprio se elevase y pudiera tener ganas de cambiar mi vida”, señala Juana.

A medida que experimentan la educación por medio de la tecnología para desarrollar sus proyectos personales y profesionales, las mujeres aprenden que la tecnología es una herramienta útil y diferencial para potencializar sus habilidades, ayudando a solucionar problemas, comunicar ideas y transformar el potencial de éxito de sus vidas, de sus familias y sus comunidades.

Intel es una empresa que cree que es posible dar a las mujeres condiciones de crecimiento y dignidad mejores a través del conocimiento, del respeto y de la educación. Por esto, Intel está presente en la región promoviendo sus iniciativas sociales y educacionales para que más historias inspiradoras como éstas puedan ser contadas.

Acerca de Intel

Intel (NASDAQ: INTC) es líder mundial en innovación en cómputo. La compañía diseña y construye las tecnologías esenciales que sirven como base para los dispositivos de cómputo del mundo. Información adicional sobre Intel está disponible en newsroom.intel.com y blogs.intel.com.